Wednesday, July 22, 2009

Instrucciones para llorar



Dejando de lado los motivos, atengámonos a la
manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el
escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El
llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un
sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues
el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar,
dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por
haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato
cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no
entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando
ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco
contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del
llanto, tres minutos.
Julio Cortazar

Me dijo que lo hiciera, pero no me dijo como. Nunca me enseno a llorar. Hasta ahora vengo descubriendo el como.

Invento que quiza era un Noviembre cualquiera en la Cd de Mexico. Apenas tenia 10 meses de casada y de vivir fuera de casa de mis papas -una orgullosa clase mediera mocha de 29 anos-. Resulta que fue en esta fecha inventada en la que me di cuenta, por primera vez, que ya estaba ajena a los tejes-manejes familiares de los que seguian viviendo juntos. Resulta que no solo era yo una visita mas -la mesa ya estaba puesta, no hay que recoger platos, al llegar hay que timbrar y te abren la puerta ya vestidos- sino que tambien empece a ser una ajena ignorante en cuanto a los tropezones de salud que tenia mi hermana.
Mi desconcierto crecia, pero tambien lo hacia mi comodidad. No hay que llevar a nadie al hospital, una duerme de corrido toda la noche y pues no habia mas angustia en mi pseudo juego de la casita y la esposita. Desconcierto vs Comodidad. Al final, el desconcierto gano. La superheroina se quedo sin chamba. El telefono no sonaba. El miedo crecio.
Uno de esos dias donde el miedo ademas afloja la lengua, estaba con Wenda entre malos sushis y parquimetros de la zona rosa, platicando de mis miedos recientemete descubiertos, aunque quiza estaban ahi desde la prehistoria y formaban parte de mi DNA.
La Wenda tuvo el mal gusto de escucharme con atencion. Y yo tuve el descaro de decir realmente lo que pensaba. Me queje y renegue. Escogi mis frases de erudita-wanna-be y desahogue mi pecho. Repito, la Wenda tuvo el mal gusto de ponerme atencion y de querer aplicar psicologia barata en tratar de ponerse en mis zapatos.
Fue entonces que la Wenda me hizo una invitacion ridicula, absurda y casi rayando en color pastel -y yo que de esos encargos me dedicaba a hacer coleccion-. Fue entonces que la Wenda cruzo la linea que tan cuidadosamente yo habia trazado sobre la calle que delineaba donde estaba mi cuerpo ahi tirado, tirado al drama.
-Y tu por que no lloras?- me dijo.
Y yo, a partir de ese dia llore. Llore mucho, como si estuviera pagando lo que por tantos anos me fiaron. Y me hinche como sapo y mis ojos no sabian que hacer con mi nueva tempestad. Aprendi a ahogar mis miedos y mis frustraciones. Cambie mi capa por unos kleenex.
Y desde aquel Noviembre pasan 2 cosas. Una, yo lloro. Bien facil, bien seguido. Dos, no dejo de mentarle la madre a la Wenda por haberme cambiado de desierto a selva tropical.

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